Renuncia de la secretaria general de la JNJ confirmaría ilegalidad de la resolución que reponía a Patricia Benavides
Giovanna Díaz, secretaria general de la Junta Nacional de Justicia, presentó su renuncia tras no haber sido convocada a la sesión reservada del 9 de junio, en la que se aprobó restituir a Patricia Benavides como fiscal de la Nación. Su exclusión vulnera el reglamento interno de la JNJ y pone en entredicho la validez del acta que formaliza esa decisión.

La resolución con la que se intentó reponer a Patricia Benavides como Fiscal de la Nación habría nacido viciada. Así lo sugiere la renuncia de la secretaria general de la Junta Nacional de Justicia (JNJ), Giovanna Díaz quien debía estar presente, de acuerdo con la ley, para certificar la legalidad del acta firmada durante la sesión del 9 de junio. Sin embargo, el documento fue firmado únicamente por los seis consejeros que participaron en dicha sesión reservada, que fue encabezada por el presidente de la JNJ, Gino Ríos.

Díaz dejó constancia de que no fue convocada a dicha sesión, por lo que el acta no contó con su firma ni con la "convocatoria" previa, una notificación formal indispensable para garantizar la validez de las decisiones institucionales. En su lugar, por lo que se conoce, los consejeros firmaron el acta días después, cuando ya se había desatado el escándalo por la reposición de Benavides.
A esto se suma que la sesión fue calificada como extraordinaria. Sin embargo, para declarar una nulidad de oficio, como se hizo con el procedimiento disciplinario de Benavides, el reglamento exige que la decisión sea adoptada en una sesión ordinaria. Como ya lo había informado La República, este punto constituye una nueva evidencia de que la decisión carecería de legalidad.
El acta aparece registrada como sesión "061?01" y lleva fecha del 9 de junio. Sin embargo, fuentes cercanas a la JNJ afirman que este número se asignó días después de esa fecha. La numeración normal es 061, 062, 063, etc. Cuando estalló el escándalo de la reposición de Benavides y se solicitó el acta de votación es que recién se habría preparado ese documento.
Esto se habría hecho el lunes 16 de julio, después del descanso del fin de semana. Para entonces, ya habían otras actas numeradas correlativamente, con fecha posterior. De acuerdo con información recogida por La República, en principio se planificó sacar acta con la numeración 61-A, pero finalmente quedó en 61-1.
Secretaría ausente, acta sin validez
De acuerdo con el reglamento interno de la JNJ, toda sesión que implique resoluciones debe contar con la presencia y firma de la secretaria general. Ella es la única funcionaria autorizada para certificar la validez de las actas. Su ausencia en una decisión de este calibre deja sin sustento jurídico el documento que restituye a Patricia Benavides.
La secretaria Giovanna Díaz renunció a su cargo el 16 de junio, fecha en la que la intentaron presionar para que dé validez legal al acta de una sesión en la que no había intervenido. En su carta de dimisión dejó constancia de que no fue convocada ni informada con la debida anticipación. Esta omisión es una falta grave. No es un detalle menor, pues se trata de un paso obligatorio en toda votación de este tipo.
La exclusión de Díaz no fue la única irregularidad. La ausencia de la firma de Francisco Távara, miembro de la JNJ, también evidencia la ilegalidad de dicho documento. Según señaló un consejo, cuya identidad se mantiene en reserva, el pasado 24 de junio, recibió documentos sobre Benavides en un ascensor, sin firma ni sello. Su revelación, publicada por La República, refuerza la tesis de que la decisión fue forzada y manipulada desde dentro.

Acta se firmó después del escándalo
Aunque el acta está fechada el 9 de junio, todo indica que fue elaborada y firmada después de que estalló la crisis pública por la reposición de Patricia Benavides. Solo tras el escándalo, los consejeros habrían iniciado la recolección de firmas para dotar de formalidad retroactiva a una decisión que ya estaba tomada. El acta firmada con fecha posterior no da detalles del debate y discusión que caracteriza estas sesiones. Solo se indica los participantes y los acuerdos tomados.
Este procedimiento irregular también se evidencia en la numeración. La sesión del 10 de junio figura con el número 061?01, lo que implica que ya debía existir una sesión anterior con numeración 061 y otra 062. Fuentes al interior de la JNJ revelan que ese número fue "creado" para justificar el acta de la reunión que restituyó a Benavides.
Además de la ausencia de la secretaria y el mal uso de la categoría de sesión extraordinaria, este desfase en la elaboración y firma del acta podría comprometer a los miembros firmantes. La nulidad de oficio, adoptada en condiciones irregulares, termina siendo un argumento más para cuestionar no solo el fondo de la decisión, sino también su forma.
FUENTE: LA REPÚBLICA