El sueño de muchos provincianos es buscar oportunidades en la capital, y César Escandón es un claro ejemplo de ello, pues dejó Cerro de Pasco para estudiar electrónica en la UNI, pero un accidente le cambió la vida. Llegó a Gamarra como ayudante en talleres textiles y años después, creó sus marcas de mujer, de niños y una deportiva. Hoy tiene 7 tiendas, llega a Suecia, Dinamarca y paÃses de Latinoamérica.
César, en el 2000 llegaste a Gamarra como ayudante de costurero, ¿cómo fue tu experiencia?
Vine a Lima para estudiar electrónica, pero un accidente me dejó sin hacer mis actividades y tuve que dejarlo y ver otro oficio, entré a talleres como ayudante en Gamarra, aprendà a coser, a confeccionar y eso me gusto.
En unos años lanza su propia marca, ¿qué le impulsó a dar este gran salto?
Vi que muchas personas incursionan en la ropa y como tenÃa muchas ganas de crecer, decidà estudiar diseño en algunos institutos donde aprendÃ. Al principio probé con varios tipos de ropa, y recién despegué con cuando hice mis propios modelos de ropa urbana.
Los gamarrinos son personas de mucho coraje, ¿cómo nace el gusto por los negocios?
Los provincianos hemos sufrido mucho, en nuestras tierras, el Estado no llega. Todos tenemos ese coraje de trabajar muy duro y no nos cansamos. Además, luchamos para sacar adelante a nuestras familias.
Si un joven te pregunta, ¿cuál es el secreto de tu éxito?, qué le dirÃas
Estoy en diferentes asociaciones donde impulsamos a jóvenes y madres a nivel nacional, les digo que la parte principal de todo es la educación con la que puedes crecer sin lÃmites.
Hay muchos que ponen sus tiendas en Gamarra y fracasan, sé qué cerraste tiendas en la pandemia, ¿qué lección sacas de esto?
La mayorÃa cierran sus negocios porque no quieren entrar al tema del Internet y estar a la vanguardia. Antes esperábamos al cliente sentados, pero ahora hay que ir en busca de ellos. Por eso, hay que trabajar con fuerza las redes sociales. Yo he conseguido una gran cartera de clientes por eso, y no hay pueblo del Perú a donde no lleguen mis prendas.
¿Cómo llegas a exportar tus prendas?
En el 2010, Un amigo peruano que llegó de Suecia me comentó que habÃa una banda de rock que buscaba ropa y querÃa ir a China, les mandé mi colección y cada tres meses me pedÃan lotes grandes. También enviamos a Dinamarca, Ecuador, Chile, Bolivia y otros.
¿Cuántos locales tienes?
En la pandemia llegué a tener 15 locales, ahora estoy con tres. En este año tenemos como meta llegar a 20 tiendas. de 15, tenemos una meta de llegar a 20 tienda
¿Hacia dónde apuntas?
Como parte de la asociación en la que estoy queremos revalorizar nuestro algodón peruano, estamos creando un sello que llegará a todo el mundo. Y a nivel personal, expandir mi marca, tengo una rueda de negocios en Chile, luego iré a Europa y Estados Unidos.
¿Qué es Gamarra para ti?
Nacà y crecà en Gamarra, soy recontra gamarrino, es mi segunda casa, pero siento que llegó a un techo y es porque a la gente aún le falta adaptarse al Internet. En Europa, ven a Gamarra como un lugar turÃstico.
¿Qué es lo más difÃcil al empezar y sostener el negocio?
En los primeros años, fracasé más de 10 veces porque no tuve la educación necesaria y con mis 36 años y con la experiencia que tengo ya no puedo tener errores, debo seguir empujando la empresa.
Hay mucha competencia en tu rubro, ¿Qué haces para llamar la atención del consumidor?
Lo que la gente no ve es que fabrican para ganar dinero, sin preocuparse si el cliente está cómodo o no con la ropa. Si ellos se van satisfechos nos van a recomendar.
¿Cómo tuviste la franquicia de la ropa deportiva sueca?
Mi anterior cliente me dijo que habÃa una marca de ropa sueca y la compré, me está funcionando muy bien, aplicar el marketing de dar mi marca a mis clientes sin cobrarles un sol y asà me hago conocido en varios lugares. Vendo en volumen.
RAPIDITAS
¿Qué hacer si fracaso?
Seguir, la experiencia te servirá para levantarte. Yo fracasé muchas veces y me levanté con más fuerza.
¿Qué piensas de la importación de la ropa china?
Tenemos muchas desventajas, no hemos tenido el respaldo del Estado con las salvaguardas. No podemos competir con ellos, porque no tenemos las máquinas adecuadas y venden muy barato. Además, la Sunat, la municipalidad, oprime al microempresario.